«Liderazgo con impacto: cómo Tamara Marín, conecta estrategia y humanidad»

Tamara Marín, nuestra alumna del Programa Mujer y Liderazgo ha desarrollado su carrera en el sector financiero liderando áreas como estrategia de producto, experiencia de cliente e innovación. Su trayectoria refleja una evolución constante, tanto en lo profesional como en lo personal. Les compartimos la entrevista que nos brindo para el club Alumni.

Tamara, a lo largo de tu carrera has asumido roles de gran responsabilidad. ¿Cómo ha evolucionado tu estilo de liderazgo y qué valores consideras esenciales hoy en día?         
Mi estilo de liderazgo ha evolucionado junto conmigo. Empecé siendo alguien muy enfocado en la ejecución, en asegurarme de que todo saliera perfecto, casi como un “líder-doer”. Pero con el tiempo entendí que liderar no es solo resolver, sino inspirar, confiar y abrir espacio para que otros brillen.

Mi paso por estrategia de producto, experiencia de cliente e innovación me enseñó que la colaboración y la empatía no son opcionales: son fuerzas transformadoras. Hoy lidero desde la escucha activa, la flexibilidad y con una mentalidad de aprendizaje constante. Me gusta rodearme de gente curiosa, con ganas de desafiar lo establecido y aportar desde su autenticidad.

Para mí, liderar en el sector financiero hoy implica romper esquemas sin perder el foco en lo esencial: generar confianza. Eso se logra con transparencia, propósito y un compromiso real con el cliente. La innovación no es solo lanzar algo nuevo, es hacer lo correcto de forma distinta y relevante.

Has trabajado en contextos culturales muy variados. ¿Qué aprendizajes te llevas de liderar en entornos tan diversos? 
Liderar equipos multidisciplinares en entornos culturales diversos ha sido una fuente constante de aprendizaje. Cada persona aporta no solo su conocimiento técnico o funcional, sino también una forma única de entender el trabajo, comunicarse y colaborar. Esta diversidad, lejos de ser un obstáculo, se convierte en un motor de innovación cuando se aborda con apertura y respeto.

He aprendido que el liderazgo efectivo en estos contextos pasa por crear espacios donde todas las voces sean escuchadas y valoradas, fomentando la confianza y la transparencia. La toma de decisiones se enriquece al integrar diferentes perspectivas y al adaptarse a las particularidades culturales y profesionales del equipo. Esto requiere paciencia, flexibilidad y, sobre todo, una mentalidad de aprendizaje continuo.

En definitiva, liderar en equipos diversos me ha convertido en un líder más empático, adaptable y colaborativo, consciente de que el verdadero potencial está en la suma de nuestras diferencias.

Tu visión del liderazgo se ha enriquecido con experiencias internacionales y en equipos multidisciplinares. En tu rol actual, ¿Cómo consigues que la visión estratégica no pierda de vista al cliente?
En cualquier área de negocio, equilibrar la visión estratégica con el enfoque en el cliente es clave para generar valor sostenible a largo plazo. Para lograrlo, parto de una comprensión profunda de las necesidades, comportamientos y expectativas de los diferentes segmentos de clientes, basándome tanto en datos cuantitativos como cualitativos (investigación, feedback directo, análisis de uso de productos, de perfil de cliente, etc.).

Con esa visión, defino estrategias de producto alineadas tanto con los objetivos del negocio como con las expectativas del cliente. Por ejemplo, algo que me funciona cuando queremos lanzar un nuevo producto, servicio o funcionalidad es evaluar su impacto desde la óptica del cliente: ¿Es lo que nos han pedido los clientes, lo que están esperando? ¿Le aporta valor?

Además, involucro a todas las áreas implicadas para asegurar que las decisiones estratégicas se traduzcan en experiencias simples, seguras y centradas en el usuario. En resumen, actúo como un puente entre los objetivos del negocio y las verdaderas necesidades del cliente, asegurando que ambos aspectos se potencien mutuamente y no compitan entre sí.

En ese camino de innovación, has trabajado con metodologías ágiles como PACE. ¿Cómo consideras que estas metodologías contribuyen a liderar equipos más colaborativos y a generar soluciones más efectivas para el cliente?

Este tipo de metodologías son especialmente valiosas porque fomentan una cultura de colaboración constante, iteración rápida y enfoque centrado en el cliente.

Desde mi experiencia, PACE permite alinear a los equipos multidisciplinares desde el inicio, creando un lenguaje común y un marco compartido que facilita la co-creación y la toma de decisiones basadas en datos reales, no suposiciones.

Además, al involucrar al cliente o usuario final desde las primeras etapas del proceso, se logra un entendimiento más profundo de sus necesidades reales. Esto asegura que las soluciones que se desarrollan no solo sean viables y factibles, sino también altamente deseables.

En definitiva, estos marcos permiten que los equipos trabajen con mayor claridad, foco y sentido de propósito, lo que se traduce en productos o servicios más alineados con las necesidades reales del cliente y con mayor impacto en el negocio.

En todo este proceso, la comunicación juega un papel fundamental. ¿Qué papel juega la comunicación en tu estilo de liderazgo?
Un líder no solo transmite información, sino que construye un lenguaje compartido que da sentido a las prioridades, al propósito y a la dirección estratégica. Esto implica traducir la visión centrada en el cliente en mensajes claros y coherentes. He comprobado que cuando las personas entienden no solo el qué, sino también el por qué y el para quién, se sienten más conectadas con su trabajo y toman decisiones más alineadas con esa visión.

Además, la comunicación efectiva facilita la colaboración entre áreas, reduce fricciones y genera un entorno en el que los equipos se sienten escuchados. En entornos dinámicos o de cambio, como una transformación digital o la redefinición de una propuesta de valor, la comunicación constante y bidireccional permite ajustar expectativas, recoger feedback y reforzar el foco en el cliente como punto de encuentro común.

En resumen, un liderazgo sin comunicación efectiva corre el riesgo de quedarse en buenas intenciones. Es la comunicación la que convierte la visión en acción compartida.

Para finalizar, ¿Qué mensaje le darías a quienes quieren liderar el cambio en el sector financiero?           
El sector financiero está en plena transformación, y eso exige líderes capaces de combinar visión estratégica con sensibilidad humana. Innovar no siempre significa crear algo completamente nuevo, sino tener la valentía de mejorar lo existente desde una perspectiva más humana. Eso implica incorporar la voz del cliente en el diseño de soluciones, crear entornos laborales donde las personas puedan crecer y equivocarse, y sostener una cultura de aprendizaje constante.

También les diría que no tengan miedo de desafiar las inercias del sistema. El sector financiero ha operado durante décadas bajo reglas muy rígidas, pero hoy quienes marcan la diferencia son los que se atreven a transformar desde dentro, sin perder de vista el cumplimiento y la responsabilidad.

Y, sobre todo, hay que recordar que el liderazgo no se trata de tener todas las respuestas, sino de hacer las preguntas correctas, invitar a otros a pensar distinto y construir juntos algo que genere valor real. Porque al final, liderar en el sector financiero del futuro será menos sobre controlar, y más sobre conectar con las personas, cuestionar con propósito y liderar con autenticidad.

Muchas gracias por la entrevista Tamara, sin duda, tus aportes serán de gran valor para los socios del Club Alumni, especialmente para quienes están explorando nuevas formas de ejercer un liderazgo más humano, empático y transformador en sus entornos laborales. Ha sido enriquecedor conocer tu visión y experiencia, y te deseamos mucho éxito en tu trayectoria profesional, que sin duda seguirá dejando huella.